Es una composición lírica en prosa, con la utililización de una sola vocal: la e. Con esa premisa, el artista (Mama ladilla) no solo crea una historia coherente con principio, desarrollo y fin, sino que extiende la narración a través de una duración y además contiene una denuncia social (es una protesta radical al acoso laboral).
Y es que yo puedo escribir "la rana nada la charca amarrada" pero es muy poco para que pueda considerarse "loable" su composición, no es una historia y, sobre todo, no tiene sentido alguno. Hablo de este "En el vergel del Edén" como un ejemplo de virtuosismo en el lenguaje.
EN EL VERGEL DEL EDÉN
En el vergel del Edén, embébese Esther del leve mecer del relente:
-¡Excelente!, vegeté tres meses en el éter... ¡fetén!
De repente Pepe, ese mequetrefe que es el gerente de
Mercedes Benz, se yergue de entre el verde césped,
emergente, el repelente Pepe. Esther se estremece:
-Behj, ¡qué peste! ¿Qué pesebre es este? ¿Es que repeles
el gel? ¿Crees que este pene es decente?
Enternécese Pepe:
-Es que dejé que el semen que eyecté se reseque. Pensé: "Que
estrene Esther este presente". Te reservé merengue de trece
meses. ¡Bebe, bebe!
-¿Beber? ¿Beber de ese enclenque esqueje? ¿Crees que me
embelesé? ¡Que te den! ¡Qué cerdete eres! Que te enteres:
mereces fenecer en el retrete, entre heces que defeque Peret.
Enfermé de verte, ¡vete, vete! ¡Métete el pene en el bebes!
¡Entretente este semestre en extender ese repelente semen
en el eje del Mercedes Benz!
-Esther...
-¡Que me dejes! Beberé té en el tenderete.
¡Que te bese el membrete el bedel!
-Es que, Esther... Pepe es el jefe. Pepe es el que te debe
extender el cheque de este mes. Bebe, Esther.
Conclusión: Es menester que Esther cercene el pene de Pepe,
ese pelele de jefe que cree que merece peerse en el vergel del Edén.
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